Celestino Rozada Tamés presentó el pasado viernes un nuevo disco de tonada. A pesar de haber ganado once grandes concursos en los últimos años: cuatro en Oviedo; dos en Xixón, Mieres y Amieva, y uno en Avilés, manifiesta sentirse «decepcionado y abandonado».
-Acaba de presentar en Porrúa un disco titulado 'Aquellos güeyos'. ¿Qué espera del nuevo CD?
-Es un disco con once canciones, seis musicadas y cinco de tonada pura. Las musicadas representan el futuro, la esperanza para abrirme paso en otro tipo de mercados. En la actualidad estoy muy decepcionado con la tonada al carecer de apoyos institucionales y económicos. Aunque no lo parezca me siento solo, abandonado, muy escarbado y confío en otros factores que muevan la tecla de mi futuro musical.
-Le veo muy decepcionado
-Vivo exclusivamente de la tonada, estoy centrado mentalmente en ello y soy obsesivo cuidándome. Tengo complejo de inferioridad porque no soy capaz de dar el salto definitivo. En Asturias no tengo apoyos y en Llanes hay un desconocimiento total de la tonada.
-¿Ni siquiera tiene depositadas ilusiones en su nuevo trabajo?
-En este momento no le veo ninguna expectativa. Dicen que tenemos el folclore más rico del mundo y los propios asturianos nos encargamos de destruirlo. En Asturias de Santiyana soplan mejores vientos.
-¿Qué sucede en Asturias de Santiyana?
-Allí están más reconocidos, mejor pagados y con apoyos institucionales. El futuro de la tonada asturiana está en Asturias de Santiyana, por afición y conocimientos de los jóvenes valores. El poco tiempo, Álvaro Fernández y Esteban Verdeja, dos chavales de Asturias de Santiyana, serán los número uno de la tonada asturiana.
-A día de hoy el número uno de la tonada es usted. ¿No puede vivir de la actividad?
-No. Estamos en tierra de nadie. Aquí no se saca ni para la gasolina y tengo bastantes actuaciones sin cobrar del año pasado. Me contratan, canto y a la hora de cobrar todos me lloran penas pero veo que sobra dinero para tirar voladores.
-¿Cuántas actuaciones tiene a lo largo del año?
-Más de 70, porque soy muy conocido en Asturias de Oviedo y en Asturias de Santiyana. Y ese ritmo de trabajo no me permite dedicarme a otra cosa. Soy honesto y consciente de que hay un límite.
-¿Cuáles son los problemas más frecuentes a los que tiene que hacer frente?
-A veces actuó con muy mala megafonía; a altas horas de la mañana, con bastante frío o encima de una tablas, cuando no sobre una pila de cuchu. La voz necesita cuidados y hay que estar a tope porque el público es exigente y al mínimo bajón llegan las críticas.
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